miércoles, 5 de noviembre de 2008

Feliz cumpleaños, LIliana.

UNO
Liliana despertó a media luz con la voz de su madre entonando feliz cumpleaños.
- Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños Liliana, feliz cumpleaños a ti… Ya levántate floja; son las seis de la mañana.

Desperezándose Liliana miró su pastel con una sonrisa, 21 velas esta vez. Tras de él, miro el rostro de su madre golpeado. A lo largo de los años Liliana había aprendido que ciertas preguntas nunca tendrían la respuesta esperada.

- Mamá…- Silencio -Otra vez no ¿Qué pasó?
- Nada hija… Fue mi culpa.
- Mamá – Silencio de nuevo- ¿hasta cuan…
- Hoy no hija- Interrumpió su madre con un nudo en la garganta -Hoy es tu cumpleaños, hoy estamos felices.

Liliana miró su pastel, tocó su brazo izquierdo, aun le dolía por la semana pasada. Apretó los ojos y pidió un deseo. El cuarto estaba obscuro de nuevo.

DOS
En el pasillo de la universidad Liliana y Adrián se encontraron. Adrián corrió a abrazarla, la levanto en sus brazos y giro con ella. Un beso.
- Feliz cumpleaños, nena- Otro beso.
- 21 años, felicidades- Otro beso.
- Te amo, nena- Un beso más.
-Ven que vamos tarde- La tomó del brazo izquierdo para guiarla; Liliana se safó con un leve gemido.
-De ese brazo no, Adrián.
-¿Qué te paso?- Un silencio. Liliana miró al piso.
-Nada, Adrián. Me lastime por ayudar a mi mamá a mover un mueble. Vente, vamos tarde.- Él la tomó del brazo izquierdo y la detuvo.
-Ándale Adrián; es mi cumpleaños.

TRES
- Mes y medio o dos meses. Tú sabes que soy muy regular, Adrián.
- ¿Ya le dijiste a tus papás?
- No, no les voy a decir; me matan.
- ¿Y que vas a hacer?
- Lo quiero. Lo voy a tener. Me voy a salir de mi casa y lo voy a tener.
- Mejor. No quiero que tu papá toque a mi hijo- Adrián tomó la mano de Liliana por primera vez durante toda la conversación. De un lado a otro de la mesa se sonrieron y miraron por mucho tiempo.
Al salir de la cafetería soplaba un viento frío. Se abrazaron. La ciudad se mantuvo en silencio por un momento, como augurando algo.
- Adrián ¿Qué va a pasar ahora?- El caos volvió a la ciudad.
- Nada; vas a ver como todo esta bien.

CUATRO
El departamento se iluminó a media luz cuando Liliana abrió la puerta para entrar.
- ¿Donde estabas?
- En la oficina, estábamos cerran…
- Tienes seis meses de embarazo, debes de cuidarte más.
- Es que me ofrecieron un bono extra si me quedaba y pensé que nos ayudaría para la renta del mes enton…
- Ya te dije que del dinero me preocupo yo. Que tú no pienses o te preocupes por nada que no sea el bebe, que eso es todo lo que tú tienes que hacer. ¿Entendiste?-Silencio.
- ¿Quiénes se quedaron?- Silencio -¿Quiénes-se-quedaron?- Silencio de nuevo, Liliana miró al piso.
- ¿Quienes?- Silencio. Adrián se paró súbitamente, se acerco a Liliana y la tomo por los brazos - ¿Quiénes?
- Adrián, me lastimas.
- ¿Quiénes?- El grito de Adrián rebotó por todo el edificio, algunas luces se encendieron, las puertas parecían querer abrirse. Adrián empujo a Liliana hacia adentro, ella cayó al piso, apretó los ojos como deseando no estar ahí, escuchó la puerta azotar y los pasos de Adrián precipitándose veloz y violentamente hacía ella.
- ¡Adrián, el bebe!- Grito implorando.
Hubo silencio. El cuarto estaba obscuro de nuevo.

CINCO
En la mesa del comedor Liliana recordaba las palabras del médico “El bebe esta bien, no se preocupe. En quince días realizamos la cesárea, felicidades. Y por favor: tenga usted más cuidado, no queremos que se vuelva a lastimar”
- Estaba distraída cuando el metro freno; choqué con un tubo.

Recordaba como Adrián tomó su mano; como felicitándola. Juraría incluso que lo escuchó decir “Muy bien, nena. Justo como lo practicamos”.

En la mesa del comedor Liliana recordaba esto. Recordaba cuanto odiaba a Adrián y a su padre. Recordaba a su madre golpeada también. En la mesa del comedor Liliana tocaba su frente y contaba:
- Una, dos, tres y cuatro puntadas.
Recordaba sus opciones:
- El boleto de avión en mi tocador y la llamada de Laura con la promesa de una vida nueva en una ciudad nueva; empezar limpia, desde cero.- Una salida.
- El cuchillo recién afilado sobre la barra de la cocina. Para mí o para él, da igual- Otra salida.
- La maleta con mi ropa para el hospital…

SEIS
A media luz, Liliana despertó a su hija entonando feliz cumpleaños.
- Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños Laurita, feliz cumpleaños a ti… Ya levántate flojita que ya son las seis de la mañana.

Desperezándose Laura miró su pastel con una sonrisa, 21 velas esta vez. Tras de él, miro el rostro de Liliana golpeado. A lo largo de los años Laura había aprendido que ciertas preguntas nunca tendrían la respuesta esperada.

- Mamá…- Silencio largo- te quiero, mamá.
- Cierra los ojos y pide un deseo, hija.

Laura miró su pastel, tocó el hombro de su madre. Apretó los ojos y pidió un deseo. Corrió una lágrima. El cuarto estaba obscuro de nuevo.



Rodrigo Méndez Salinas.

No hay comentarios: